El resultado es un sistema económico feroz que prima el lucro de particulares sobre cualquier beneficio común, que criminaliza la pobreza, devora los recursos del planeta, elimina todo desarrollo personal que no pueda ser rentabilizado y reduce las relaciones humanas a su mínima expresión.
Mientras ese mundo se desploma otras realidades germinan, fruto de la evolución de movimientos sociales y personales diversos, con sólidos lugares comunes que empiezan a vertebrarse entre si. El decrecimiento, el apoyo mutuo y la autogestión son algunos de los nutrientes con los que se está abonando un terreno, en el que antes campaba el individualismo y ahora, en su lugar, la confianza, la afinidad y la cooperación quieren brotar.
Eso es lo que se respira dentro de la Cooperativa Integral Catalana (CIC), un proceso de transición hacia lo que llamamos utopía por desconocerlo todavía.
Entrevista a Enric Durán
Empezando por el principio ¿de dónde parte el proyecto de las Cooperativas Integrales?
Tenía claras las ideas. Había que crear un proceso integral basado en la cooperación en el que las herramientas jurídicas se utilizaran de otra forma, que fuera expansivo a la vez que inclusivo.
El término Cooperativa puede generar cierta confusión sobre aquello que queremos nombrar, pero al añadir integral se crea un concepto nuevo.
¿Qué referentes manejabais?
Tenía conocimiento de los pueblos en transición, el movimiento por el decrecimiento, la permacultura… pero ninguno de estos referentes proporcionaba herramientas para generar un proceso que descentralizara y repartiera el poder.
Existen lugares autogestionados pero se quedaban en un plano muy local. Ninguno integraba la desobediencia como paso estratégico para apoyar la construcción de una nueva sociedad.
Si no se genera un contrapoder más amplio siempre puedes tener miedo de que venga alguien y lo destruya. Por eso es necesario utilizar las herramientas informáticas y legales que están ahí precisamente para empoderarnos.
¿Qué es la Cooperativa Integral Catalana?
Es un proceso de transición para salir de la dependencia del Estado y evolucionar en la autogestión. Implica por un lado estar fuera del sistema, lo cual significa no depender de él, no relacionarse desde el lucro ni la autoridad. Y por otro, supone auto organización y colaboración de las personas a todos los niveles en relaciones de igualdad.
Por eso el objetivo de la Cooperativa Integral Catalana (CIC) es la puesta en marcha de procesos de cooperación que abran el camino a esa nueva sociedad que necesitamos construir.
¿Cómo ha ido evolucionando la CIC?
Empezó con hábitos más o menos sencillos como la moneda social y el intercambio. Pero la gente se quedaba con la idea muy limitada de que podía ser una alternativa económica. Desde ahí se ha ido generando una visión holística que va integrando poco a poco aspectos hasta ahora alejados de la autogestión, como la salud. Muchos recursos que se han convertido en herramienta han ido llegando y cada vez lo hacen con más frecuencia.
Se está generando la tendencia a colectivizar propiedades porque mucha gente esta harta de estar sola frente al banco.
Se están replanteando proyectos que ya estaban en marcha, como el camping de Viñols, como Aurea Social. Son espacios en los que se ha invertido un montón de dinero, pero que, con la forma tradicional de financiación, pierden ese sentido original que tenían.
Has comentado que es muy importante la interrelación del campo ciudad, ¿de qué modo se pueden conectar?
Desde el campo se puede abastecer a las ciudades. Y desde ellas se puede abastecer al campo de materiales que reciclar.
Transformar la sociedad parece un proyecto difícil…
Porque parezca muy difícil no hay que dejar de intentarlo. Hay que creer y trabajar en aquello que sueñas para que pueda suceder
¿Cuáles han sido los pasos más difíciles de afrontar y cómo se gestionaron?
Siempre es difícil crear equipos de trabajo estables, comprometidos y con afinidad. Las fórmulas como comisiones de trabajo, asambleas… se han tenido que complementar con grupos de afinidad. Se necesita mucha confianza para generar actividad.
También es importante la cuestión económica y eso pasa por el compromiso de personas concretas. El acceso a esas personas que están realmente dispuestas a implicarse es complejo a nivel de comunicación y de establecer vínculos. En principio siempre es más fácil hacerlo con personas emprendedoras que están acostumbradas a gestionar sus vidas y que con aquellas que están acostumbradas a recibir un sueldo.
Nos encontramos con palabras clave en este nuevo marco de relaciones humanas, económicas… ¿de dónde sale el concepto de “facilitador”?
Es parte de este proceso reinventar el lenguaje. Desde los inicios hubo un debate sobre el papel que tenían que cumplir los dinamizadores para favorecer las tareas. El facilitador promueva a nivel local lo que el coordinador a nivel global.
No se refiere tanto a la voz de una persona experta, sino la de alguien que combina compromiso y conocimiento. Para adquirir responsabilidades tienes que estar comprometido. Se trata de que cada uno se implique en la medida de lo que pueda.
¿Dinámicas de confianza?
Se refiere a la importancia de compartir lugares y momentos de forma habitual organizando encuentros que estimulen las relaciones humanas más allá de la asamblea. Las trayectorias comunes sirven para unirse.
¿Simplicidad individual y colectiva?
Es una herramienta clave para hacernos más libres. Es sencillo, mientras menos necesidades tengamos menos ataduras.
¿Colectivizaciones?
Es vital fomentar el proceso colectivo, a menudo no se sabe como provocarlo. Necesitamos recuperar un imaginario, que algo sea de todos para que no sea de nadie. Es una forma de proteger legalmente lo común.
Cuando una comunidad es la propietaria cambia todo el proceso. Cuando hay confianza en el hacer colectivo, se genera una conciencia personal distinta. Una cosa muy importante es todo esto es que el respeto sea una constante.
A escala individual y colectiva muchas son las personas siempre temerosas de perder su más o menos pequeña cuota de seguridad, que papel juega el miedo en este proceso y cómo enfrentarlo?
Estamos en una transformación también del concepto de seguridad. Cada vez más personas se van dando cuenta de que son las relaciones comunitarias, el apoyo vecinal y la solidaridad, una mejor respuesta a la seguridad que la que venía del Estado y se ha ido desmembrando. Cuando vemos en ejemplos de nuestro día a día, que la autogestión funciona, confirmamos que no estamos solos y nos olvidamos del miedo
“Tenemos que entender que estamos en transición. A veces los movimientos no caminan cuando se creen en el mismo lugar al que quieren llegar”.Enric Durán.
Extraido de aquí.
Autorxs: Mónica Boullosa y Víctor Montes
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